Huevos...

Cuando yo era pequeño, mi madre pintaba huevos cocidos, a mi me encantaba pelarlos y comerlos, cuando crecí y comencé a darme cuenta que habían huevos de chocolate me dije "qué fome los huevos de chocolate, no se pueden pintar, a quién se le habrá ocurrido esto?!"... ahí me di cuenta que esos huevos que cocía mi madre, pintaba y pintábamos junto a mi hermana, no era otra cosa que "economía" hogareña y mucha creatividad, pero entre los muchos huevos de chocolate que comí este fin de semana y que encuentro, por lo demás, exquisitos, extraño llegar a la yema... la vida siempre está hecha de pequeños detalles, pero de un significado gigante...